La cobertura del panorama criminal en Venezuela generalmente se focaliza en las amenazas de gran envergadura, cómo los grupos guerrilleros colombianos en la frontera o dentro del país. Sin embargo, bandas más pequeñas han establecido control sobre áreas locales, de las cuales no es fácil desalojarlos. Estas bandas sobreviven operaciones lanzadas para su destrucción, manteniendo un bajo perfil por un tiempo. Insight Crime reporta que generalmente cuentan con una red de informantes dentro de las fuerzas de seguridad. La baja paga de los uniformados garantiza en la práctica que estas situaciones se hagan permanentes en el tiempo, ya sea con una misma banda o con otras que ocupen su lugar.  El control territorial del pais es imposible, una debilidad del régimen.

El 28/8/21 apareció un video, filmado entre Sucre y Monagas, donde un sargento se dirige a sus compañeros “pidiéndoles que detengan las operaciones militares, que molestan a la población, para que estos muchachos no los molesten a Uds.”. Los responsables son los miembros de la banda de El Curi. La componen unas 60 personas que se dedican a estorsionar a conductores de camiones y autobuses en la Troncal 10 y roban a los que rehusan pagar.

Insight Crime reporta que la banda tiene conexión cercana con unidades militares y reciben apoyo y alertas de parte de la población. Se han creado una reputación tipo Robin Hood dentro de la población, ya que son generosos con ellos. Esta impunidad está temporalmente afectada, ya que el Ejército envió a 200 soldados para frenar a la banda y ha hecho varios arrestos en Septiembre. Situaciones similares se reportan en diferentes lugares del país, con bandas en zonas rurales o en las afueras de las ciudades. Un grupo comparable al Curi es la banda Carlos Capa, que realiza extorsiones, secuestros y robos en los Valles del Tuy.  

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