Hay un creciente movimiento de grupos de líderes políticos y empresariales venezolanos que cada vez más claramente están en vías de considerar un acuerdo con el régimen para participar en elecciones de gobernadores este año 2021 y de concretar una normalización de relaciones con el régimen. Esto servirá para bajarle la presión al régimen y probablemente sin obtener condiciones de cambio a futuro. Más bien lo que haría es consolidar las realidades actuales, a cambio de un apoyo para tratar de relajar las sanciones estadounidenses. Por lo relevante que es la presencia militar en el régimen venezolano, es conveniente reflexionar sobre el comportamiento de militares de izquierda en el poder en el mundo entero, especialmente después del capítulo más reciente de su accionar en Myanmar. Adicionalmente se incluye “Retroceso político en el mundo global” y “El régimen en acción”.
Militares de izquierda en el poder
En América Latina hay extensa experiencia de militares dirigiendo el poder ejecutivo durante los siglos XIX y XX. Típicamente eran regímenes de derecha (con diferentes variantes), donde civiles desempeñaban los principales cargos claves y no los tan claves también. Donde han llegado al poder en el mundo los comunistas y los militares de izquierda la experiencia es bien distinta. Los militares terminan copando cargos, para los cuales no han sido preparados, y además se conforman empresas de propiedad militar que operan como monopolios. La experiencia con estos militares de izquierda es que invaden todos los espacios y no entregan el poder. La muestra más reciente es Myanmar, donde los militares después del desastre económico que generaron en 50 años tuvieron que aceptar el cogobierno con Aung San Suu Kyi en 2.016. Ella, para mantener el equilibrio hasta apoyó públicamente a los militares frente a acusaciones de violación de derechos humanos con los Rohingya, embarrando así su historial de Premio Nobel de la Paz. De poco sirvió, ya que los militares temiendo la pérdida de sus prebendas después de unas elecciones recientes dieron un nuevo golpe de estado.
En Venezuela, hay presencia militar en todos los estratos del estado y su actitud ha sido la de no entregar el poder ni aceptar transiciones. La situación es además mucho más compleja:
- El control territorial es ejercido por militares locales, que además son capaces de revertir decisiones tomadas desde la cúpula militar.
- En los distintos territorios, los militares locales comparten el poder con irregulares involucrados en diferentes actividades ilegales. Convenientemente, el sistema creado hace que esas sean las mejores opciones para generación de riqueza.
- Adicional e increíblemente los militares locales también comparten el poder con guerrillas extranjeras.
La experiencia indica que los militares de izquierda no entregan el poder, a menos que se vean obligados por imposibilidades económicas y/o presiones internacionales. Reforzar al régimen con apoyo político y económico, sin conseguir condiciones reales es extender la tragedia en el tiempo.
Retroceso político en el mundo global
Después del desmembramiento de la Unión Soviética, el discurso diplomático y político global se transformó reflejando los cambios políticos ocurridos. Los diferentes países del exbloque soviético adoptaron medidas de liberalización de sus economías. Sus representantes pasaron a usar un lenguaje internacional que se entendía perfectamente y nos hacía sentir entre iguales. En paralelo, China hizo una reformas económicas que le abrieron el camino para una de las transformaciones más extraordinarias de su sociedad. No se desmontó el Partido Comunista, por muchos años el interés primordial era económico y para ello imitaron a Occidente. Sin embargo, el poder político comunista es un cáncer, y finalmente ahora estos decidieron que usarían las fortalezas económicas y tecnológicas de China para sus propios fines. Ya están en proceso de cortarle las alas a las grandes empresas chinas de tecnología. Hoy en día, Rusia y China tienen una actitud muy parecida a la que tuvieron en la Guerra Fría. No solamente en sus manifestaciones públicas y en el uso del veto en las Naciones Unidas, sino también en los apoyos a regímenes anti-democráticos en el mundo entero: Irán, Siria, Cuba, Venezuela. Hoy en día, Europa Occidental no enfrenta a Rusia, pero la historia nos dice tendrá que hacerlo eventualmente. Lo de China es mucho más complicado, especialmente para Estados Unidos.
El régimen en acción
El régimen está financieramente muy mal y busca espacios para recuperarse. Venezuela ha logrado ubicar aliados, con poco que perder, que están dispuestos a cualquier ilegalidad. En todo caso, esos aliados no tienen recursos y para proveer el apoyo exigen pago de parte de Venezuela. El régimen trabaja con la expectativa que con Biden en Estados Unidos pudiera haber un relajamiento de la presión. Por supuesto, en este juego están sus aliados europeos, especialmente el gobierno español. Venezuela no tiene recursos, por eso presiona internamente a la oposición y a los empresarios para lograr la eliminación de las sanciones. El régimen hace la “inmensa” concesión de acudir a Fedecamaras y además Maduro “admite” que sostuvo una reunión privada con una delegación de Noruega. Por otro lado, parte de la oposición busca “espacios” con la participación en elecciones de gobernadores. Esas ni generan presión ni ofrecen espacios para comenzar los cambios necesarios. Que la lección de lo ocurrido en Myanmar sirva como alerta. En realidad, el ofrecimiento de elecciones de gobernadores es una trampa, por el dominio que existe sobre el proceso de las elecciones y peor todavía por el control financiero que el estado central mantiene sobre los presupuestos de los gobernadores. Los potenciales gobernadores de oposición serían unos “eunucos” políticos.
Frustrante todo el tema relacionado con la posibilidad de cambios reales de nuestra realidad político-económica