Corresponsal en Washington Actualizado: Guardar

Cuando en febrero, la Casa Blanca tomó la decisión sin precedentes de sancionar a una empresa pública rusa por ayudar a Nicolás Maduro a sortear las sanciones de Estados Unidos y colocar el crudo venezolano en mercados internacionales, el Kremlin tomó la decisión consciente y meditada de dejar al régimen chavista a su suerte y se deshizo de gran parte de sus intereses en el país caribeño. Aquello dejó a Maduro en una situación desesperada, en la que cual recurrió a su última opción: entregarse a Irán. Ese fue, precisamente el titular de ABC en estas páginas el 26 de abril de este mismo año: « Maduro se entrega al régimen iraní para mantenerse en el poder». Irán aceptó enviar a Venezuela fuel, y ofreció también armas, cuya venta ha sancionado EE.UU.

Ahora, el Gobierno de Donald Trump ha querido dejar constancia de ese maridaje de lo que a ojos de la diplomacia norteamericana son dos parias internacionales acorralados por sanciones, y acaba de dictar sanciones contra «el dictador ilegítimo de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, por haber participado o intentado participar en actividades que contribuyen materialmente al suministro, venta o transferencia directa o indirecta hacia o desde Irán, o para el uso o beneficio de Irán, de armas o material relacionado, incluidas piezas de repuesto», según la comunicación oficial del departamento de Estado del pasado lunes.

Se trata de una medida simbólica, ya que Maduro ya está sancionado por otras vías y no tiene activos en EE.UU. que puedan ser confiscados, pero es la confirmación por parte de EE.UU. de que el régimen chavista, por decisión de su líder, se está armando con ayuda de Irán. En lo que va de 2020, Irán ha fletado a Venezuela vuelos regulares a través de la aerolínea Mahan, sancionada por EE.UU. por ser un instrumento para el terrorismo internacional, y cargueros que han llevado por mar gasolina que el chavismo necesita de forma desesperada. Según la diplomacia de EE.UU., el chavismo ha pagado sobre todo con lo último que le queda: el oro de las reservas nacionales, al menos nueve toneladas de él.

De hecho, según cree la diplomacia norteamericana, el que se considera el testaferro de Maduro, el empresario nacido en Colombia Álex Saab, fue detenido en Cabo Verde por una orden de Interpol cuando reposaba su jet en medio de una misión encargada por Maduro: asegurarse en Teherán de que seguirá el suministro de gasolina iraní. Saab, cuyo abogado es el juez inhabilitado español Baltasar Garzón, intenta eludir la extradición y el juicio que le espera en EE.UU. por diversos delitos, incluido el lavado de dinero. Garzón ha denunciado que el proceso tiene motivaciones políticas, algo que en Washington provoca hilaridad.

Las nuevas sanciones de EE.UU. obedecen a lo que el departamento de Estado identifica escuetamente como «misiles balísticos y armas convencionales». Ya había advertido en agosto el jefe de la diplomacia norteamericana, Mike Pompeo, de que «EE.UU. nunca permitirá que el patrocinador estatal más grande del terrorismo del mundo [Irán] compre y venda libremente aviones, tanques, misiles y otros tipos de armas convencionales». El Gobierno de Colombia reveló después que, según sus servicios de inteligencia, Maduro estaba considerando adquirir misiles a Irán, a lo que este respondió con su habitual tono jocoso en una alocución televisiva: «¡Qué buena idea, hablar con Irán para ver qué misiles de corto, medio y largo alcance tienen, y si es posible, dadas las buenas relaciones que tenemos con Irán!».

Informes de inteligencia norteamericanos han revelado en años recientes que la fuerza Quds, unidad de la Guardia Revolucionaria Islámica especializada en operaciones de injerencia internacional, busca establecerse en Sudamérica por medio de Venezuela y opera esencialmente desde la embajada iraní en Caracas, protegida por el chavismo. En enero, el presidente Trump, autorizó un ataque con drones en Irak con el que mató al comandante de esa misma fuerza Quds, el general Qassem Suleimani. Durante años, el papel de este fue la supervisión de las operaciones exteriores de esas brigadas, desde Afganistán, hasta América Latina, pasando, sobre todo, por Irak y Siria.

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