Tan pronto fue designada la Comisión Nacional de Primarias (CP), señalamos la oportunidad histórica que se le presentaba a este órgano, de conducir un proceso que tendría dos objetivos fundamentales. Primeramente, movilizar al electorado democrático que el régimen por conveniencia ha sumido en desamparo y profunda desesperanza y, en segundo lugar, hacer que la población venezolana recuperase su confianza en el voto, como instrumento por excelencia para renovar el liderazgo político, llamado a encauzar un futuro democrático para el país.

El primero de esos objetivos pareciese estar alcanzándose, gracias al espíritu firme y resiliente de nuestra sociedad, que se niega a ceder su futuro en manos de fuerzas destructoras. Esto es muy satisfactorio y esperanzador.

Mas no sucede así con el segundo objetivo. La Comisión Nacional de Primarias inexplicablemente ha solicitado apoyo al Consejo Nacional Electoral (CNE) para realizar la Primaria, a pesar de la falta de confianza que genera este organismo, complaciente a través de todos estos años con el poder que controla al país. Existe un largo expediente de irregularidades, ventajismo oficial, no transparencia en resultados electorales y acciones que generan desconfianza y temor. El CNE ha torpedeado el derecho constitucional de revocar el mandato de autoridades electas, impedido el acceso de los jóvenes que cumplen 18 años a inscribirse en el Registro Electoral Permanente e incumplido la norma legal que establece el carácter continuo no susceptible de interrupción del registro Electoral para garantizar que no se afecte el derecho al sufragio de todos los venezolanos.

Preocupa asimismo la lentitud de la CP en la definición del mecanismo que utilizará para la votación de los venezolanos en el exterior. Se ha sugerido en forma persistente la creación de una circunscripción especial de la CP que asuma la coordinación del proceso. Son miles los venezolanos de asociaciones civiles, cívicas y partidistas, que se están organizando para sufragar en la primaria. La CP ha recibido propuestas de mecanismos sencillos y seguros para llevar a cabo el sufragio, preferentemente manual en donde hay grandes núcleos de venezolanos y por medios electrónicos e internet en los más alejados.

Finalmente, no puede admitirse como argumento que con el CNE la primaria resulta menos costosa. El primer peldaño de la ruta para la liberación de nuestro país es esta Primaria. No permitamos que este pensamiento nuble nuestra determinación a ser libres y a construir un país próspero y digno donde quepamos todos.

Convencidos de que la renovación del liderazgo político, es factor medular en el rescate democrático del país, y de que para ello el proceso de Primaria es un paso fundamental, insistimos en pedir a la Comisión Nacional de Primarias que escuche y atienda las exigencias que realiza la sociedad venezolana, y con ella se alíe para realizar el proceso directamente, asegurándose de que todos los venezolanos mayores de edad, que así lo deseen, manifiesten libremente sus preferencias, incluyendo al numeroso contingente que forma parte de la diáspora, protegiendo tanto la identidad del votante como su manifestación de voluntad y permitiendo a todos los candidatos, que participen en el proceso, ser garantes de la integridad del proceso.

Exhortamos nuevamente a los integrantes de la Comisión Nacional de Primarias, a actuar con libertad de consciencia, sin ataduras partidistas o de intereses grupales, y por sobre todo, con el alto sentido de responsabilidad que el momento histórico demanda.

            Arnoldo Gabaldón Berti         Teresa Albanes Barnola                     Werner Corrales                     Sary Levy C.                        Vladimiro Mujica                               Juan Pablo Olalquiaga          

            Benjamín Scharifker               Alberto Ray                                         Laszlo Beke