En 2018, después de inhabilitar e ilegalizar a sus oponentes, el chavismo se apresuró para montar y ganar una elección presidencial que, aunque no son reconocidas por casi nadie, le sirven para sustentar su derecho a controlar el país hasta 2024. Después de protestas, conflictividad, muertes, presos y fraude, decenas de países impusieran sanciones económicas a los principales voceros chavistas y a las empresas públicas (PDVSA la primera). Estos países no reconocen la legitimidad del chavismo o la toleran parcialmente porque efectivamente detenta el poder real.
Por años, el chavismo ha amarrado una alianza con las fuerzas armadas, a las que convirtió en el ala militar de su proyecto. A cambio, gestionan ministerios, embajadas, gobernaciones, alcaldías, empresas públicas, iniciativas y negocios. Esta alianza es clave ya que, sin ellos, no se entendería la longevidad de este infortunio.
A pesar del apoyo de los vecinos, de Estados Unidos, de Europa y de 60 naciones en total, la oposición no pudo desalojar al chavismo y en los últimos 2 años, ha estado hundiéndose en su fracaso sin poder ocultar o explicar sus desaciertos. Como consecuencia, desde el punto de vista político y de cara a las oposiciones, el chavismo sigue presumiendo el dominio total que ejerce contundente, sin nobleza, ni legitimidad. Su dominio es distinto al enfocarnos en gobernabilidad y control de los irregulares o en la gestión de la infinita lista de problemas cotidianos. Ni hablar de las terribles relaciones internacionales con excepción de 5 o 6 aliados.
Las sanciones agravaron la posición económica y financiera de lo que queda del estado venezolano. El país está quebrado y también su gobierno de facto (y por ende los venezolanos). Por eso, el taconeo con que antes celebraba encima de las ya frágiles libertades económicas se ha moderado e incluso, a regañadientes, está dando algunos pases de vals con el sector privado. Eso sí, siempre recordando que son licencias temporales y convenientes hasta que pase el macabro efecto de la maldad yanqui, ya que siguen teniendo muy clara la ruta al socialismo del siglo XXI. De análisis, autocrítica o rectificación, nada de nada.
En el actual liderazgo chavista conviven visiones enfrentadas de cómo desactivar algunas sanciones. Navegar el estrecho de Trump es una gran molestia aunque no amenace finalmente la hegemonía chavista. Por eso vuelven a amenazar con conversar y negociar, aunque solo en sus términos.
El que vive en Venezuela, por decisión o por obligación, lo quiera o no, está sujeto a convivir con un custodio que impone las reglas, las legales y las escrotales. A estas alturas, quien no haya entendido lo de “Patria o Muerte” es un imbécil y, piensa que tú lo eres, cuando busca convencerte de que, hablando, negociando y votando, bajo control y tutela chavista, es que vamos a avanzar a la Venezuela moderna y próspera. La mayoría se muere de miseria y haciendo colas y todos hemos estado viviendo con desesperanza y desconectados de la lucha política, cansados de coleccionar frustraciones y años malos. Pero hoy, sin querer queriendo, algunos “opositores” nos están vendiendo dos esperanzas: México y el 21N. Dos tremendas oportunidades (para el chavismo).
México. Sin duda alguna, el chavismo quisiera despertar de la pesadilla de las sanciones y, de entre todas, de las que impiden que PDVSA pueda hacer negocios o asociarse con capitales extranjeros. Para ello podría ceder en temas colaterales, como liberar presos y poco más (por eso sigue añadiendo nombres en estos días). Para mi está más que claro y comprobado que no desandará sus pasos antidemocráticos. No tiene razones de vida o muerte para negociar otros términos. Lo sabe cualquier político.
21N. Aceptar participar en unas elecciones regionales, por muchas condiciones electorales que les regalen, es de los peores errores políticos que se puede anticipar. Si voy a esas elecciones es porque pienso que puedo ganar, que si gano puedo gobernar y haciéndolo, puedo oxigenar mi alternativa política a mediano plazo. Pareciera que se está pasando por alto que el Ejecutivo lo dirige Maduro, que Padrino sigue en el Ministerio de la Defensa, que el Legislativo es de Jorge Rodríguez, el TSJ de Maikel y, la Fiscalía, de Tarek. Seguramente gane algún opositor que no entiendo como no se puede imaginar hoy que unos días antes de que empiece su periodo, una nueva ley le obligará a juramentarse ante la nueva asamblea comunal, que además le aprobará o no cada uno de los pasos que deba dar durante su mandado. O es que piensan que los chavistas se harán demócratas en estos últimos días, ¿en serio?
Es probable que algún político opositor te diga en privado que las elecciones son indispensables para que ellos y sus partidos sobrevivan. Que una cita electoral es la única manera de recaudar fondos suficientes para un par de años más y que el objetivo no es ganar o desplazar al chavismo, sino evitar la propia extinción. Quizá es el momento de que caiga el meteorito para que surjan nuevas formar inteligentes de seguir en política en Venezuela.
A los políticos de la alternativa democrática les falta entender que, ya que no pueden resolver el día a día de la gente, al menos pueden intentar educar. Han sido 22 años de deformación de conceptos y valores. Quienes tenemos la costumbre de pescar comentarios en las redes sociales, sabemos que el chavismo ha logrado avances intelectuales populares muy importantes. Aun mucha gente piensa que DolarToday manipula el tipo de cambio, que la hiperinflación es especulación empresarial, que para desarrollarnos el estatismo es mejor que la libre competencia, que los controles de precios son necesarios, que los subsidios generalizados e incondicionales son indispensables y justos, etc., etc.
Nuestros políticos, que no lo han tenido nada fácil, necesitan reinventar el ejercicio. No en la forma porque eso ha sido inevitable, sino en el fondo. Hacer pensar y hacer soñar. Vender la visión Venezuela posible derribando los mitos chavistas. Mostrar a la gente, hasta el cansancio, como otras sociedades progresan. También lo importante que será el trabajo moderno y el emprendimiento y el enorme impacto positivo que puede traer la era digital a los gobiernos, la educación y la salud, por ejemplo. Tareas vitales es lo que sobran, esperando gente creativa, sensible, comprometida y responsable. En estos tiempos extravagantes, ser alcalde de Lecherías debe ser mucho menos importante que varios de los temas que recién menciono. También hay varios millones de venezolanos vulnerables regados por el mundo y con ellos también se puede hacer política y ayudar más directamente (insisto en las estrategias digitales). Necesitan leer más sobre los viajes de Miranda… bueno, incluso leer La Ceiba a diario.
El chavismo solo gana si participa en los 2 eventos. La legitimidad que recibe es invaluable. El otro bando ya perdió si vuelve a dejarse llevar sólo a estas dos citas.
Un venezolano.
A quien le falte más contexto para entender a Venezuela, sigue un muy breve resumen sobre el chavismo y sus logros.
El chavismo llegó al poder en Venezuela hace más de 22 años y, hace 9, cambió de liderazgo tras la muerte de su líder.
Es un proyecto internacional de hegemonía política basado en el socialismo del siglo XXI, un relanzamiento del comunismo que busca desplazar la democracia liberal representativa y el capitalismo e imponer un estatismo marxista (ahora con un nuevo tufo comunal). En el camino, como los fines han justificado los medios, ha usado todas las opciones: corrupción, nepotismo, represión pura y dura con violación de DDHH y asociación con los sospechosos habituales.
¿Qué ha logrado?
- Arruinó la economía:
- Ocho años decreciendo (-80%)
- Cuatro en hiperinflación.
- Deudas en default y
- Cambió los billetes de Bolívar por los de Washington
- Destartaló la centenaria industria petrolera
- Ahuyentó, al menos, al 20% de la población. No pocos han emigrado caminando cientos de kilómetros o en botecitos. Este desplazamiento continúa
- Destruyó el valor del trabajo con salarios de pocos dólares. A los empleados públicos se les deja subsistir como sea: otros empleos, comercian, hornean galletas, pero un infame grupo en todo el país extorsiona o cobra peajes usando su rango o cargo
- Implantó un sistema de dádivas (de otros pocos dólares al mes) como herramienta de control social
- Por “regalar” los servicios públicos y no saber gestionarlos, se dejaron de mantener y cesaron las inversiones. Los servicios de electricidad, gas, agua potable, salud, educación, transporte público y seguridad ciudadana están entre los peores del planeta
- Ha venido abandonando territorios y poblaciones que van dejando bajo el control de bandas criminales, traficantes, contrabandistas y terroristas
- Criminalizó la disidencia y la oposición política a través de la cárcel, el exilio, la muerte o la sumisión
En resumen, un país mucho más atrasado que la Venezuela de 1999… y que la de 1945 también.
Fuente: Juan Carlos Curras
Totalmente de acuerdo con el comentario sumamente claro, y soy una de las que no se presta a está farsa electoral particular sin condiciones es el peor error de la oposición 😡
Definitivamente hay que ser un tarado mental para no entender que con elecciones amañadas solo gana el comunismo, ellos no hacen elecciones para perderlas.
No al fraude
No más oxigenación al régimen que asesina a los venezolanos.