En los últimos años, los dos grandes apoyos internacionales de la oposición venezolana han sido Estados Unidos y Colombia. Ahora Estados Unidos dedica toda su energía a Rusia, por la invasión de Ucrania, y a China y la Colombia de Petro invertirá la posición de Colombia frente a Venezuela, afectando a muchos. Así que finalmente está llegando la hora de la verdad para la oposición en Venezuela, para subsistir y crecer como tal tendrá que necesariamente hacer trabajo interno serio en Venezuela. Por lo demostrado hasta la fecha, no parece que ello esté al alcance de la oposición existente y seguramente tendrá que nacer una nueva oposición. Los temas incluyen “Llega Petro en Colombia” y “La cohabitación – realidades y riesgos”.  

El péndulo político latinoamericano está apuntando hacia la izquierda ahora. Mirando a mediano y largo plazo, la historia y las probabilidades indican un futuro giro hacia la derecha, especialmente por cuanto la situación geopolítica y económica global no estará ayudando a los actuales gobiernos de izquierda. ¿Llegaran gobiernos de centro y de derecha que lo harán mejor, para cerrar el paso a la izquierda con modelos fracasados? ¿Podrá la oposición venezolana ganarse la confianza y el apoyo de la población y con ello fortalecerse internamente, para aprovechar el próximo movimiento del péndulo?  Aparecerán  nuevas oportunidades, el reto será aprovecharlas.

Llega Petro en Colombia

La llegada de Petro a la presidencia en Colombia será probablemente la de mayor impacto en Latinoamérica en las últimas décadas. Muchos han planteado expectativas positivas, principalmente por su larga trayectoria política y por sus planteamientos más mesurados después de su victoria electoral. Sin embargo, la experiencia con los gobiernos de izquierda que dependen de una coalición indica que las presiones de sus componentes extremos terminan forzando situaciones y decisiones que le imposibilitan al gobernante un manejo balanceado. La república española y Allende en Chile son buenos ejemplos de esto.

Más allá de la compleja realidad que Petro enfrentará en Colombia, está lo que puede significar para Venezuela y los venezolanos:

  • Un número importante de exiliados políticos y militares venezolanos está en Colombia y su nueva situación será extremadamente compleja.  No es difícil imaginar que muchos exiliados abandonarán el país.
  • Los colombianos son cautelosos y se toman su tiempo para sus decisiones y probablemente por eso Colombia es un país donde la economía se mueve muy lentamente después de cualquier elección. En este caso, el frenazo seguramente será mucho mayor. Incluso habrá que ver como afectarán las acciones no previstas del nuevo gobierno. Esto terminará impactando la economía personal y familiar de la enorme cantidad de venezolanos viviendo en Colombia, siendo un grupo de reciente llegada y por ello en posiciones menos consolidadas
  • Colombia, es la salida natural de los venezolanos, también se convertirá en una opción menos atractiva y más riesgosa para los potenciales emigrantes venezolanos. Ello implica que habría menos emigración y que los problemas venezolanos se acumularán y concentrarán más dentro del país.

La cohabitación – realidades y riesgos

El incremento de los ingresos petroleros, causado por los precios internacionales y no por mejoras en la producción de petróleo, ha traído mejoras en la situación económica en Venezuela. Es verdad que solo lo ha sentido una pequeña proporción de la población y limitado a algunos lugares del país, pero es el primer movimiento en positivo que se ha tenido en Venezuela en muchos años. Ello ha generado expectativas y posibilidades para el futuro para un público más amplio, algo que es humano y deseable. Además el régimen ha estado haciendo una muy intensa campaña para promover la idea que “Venezuela se está arreglando”. Por supuesto, que eso no es verdad y se le está revirtiendo en contra, ya que está alimentando las protestas de un enorme número de empleados públicos extremadamente más pagados.

Si les aumentan los sueldos a esos empleados alimentan la inflación. Esta es una preocupación mayor, ya se reporta que “el gobierno inició conversaciones con los productores de alimentos con el fin de controlar los aumentos de precios de los productos básicos. El giro de Nicolás Maduro hacia el capitalismo está siendo puesto a prueba al tiempo que intenta frenar la galopante inflación de alimentos sin recurrir a las tácticas de mano dura, que aplicó antiguamente, con topes de precios y amenazas de cárcel para productores y dueños de tiendas. Como comentó Luis Vicente León “El Gobierno tiene claro que cualquier percepción de control de precios podría amplificar una contracción económica. Más allá de lo que se pretenda hacer, esto siempre genera una inquietud que puede ser muy negativa””.

Esta fragilidad de los “avances” económicos hace altamente riesgosa la cohabitación política de “opositores”. Curiosamente fue Luis Almagro quién planteó que “la negociación en Venezuela debe incluir la cohabitación de factores con contrapesos. De acuerdo con el secretario de la OEA, en el contexto actual de inexistente institucionalidad en Venezuela, considerar una propuesta de cohabitación de los factores políticos en una negociación puede ser un punto de partida para resolver el dilema político del todo o nada, en el que Gobierno tiene ventajas.”. La proposición de Almagro está basada en contrapesos inexistentes en el mundo político actual.

Venezuela solo empezará a recuperarse cuando se inicie un proceso de transición que nos lleve, del estilo rentista dominante por muchas décadas, hacia un modelo alineado con objetivos de desarrollo humano sostenible, que implican libertad, oportunidades de realización accesibles a todos y una cultura preponderante de autonomía, tolerancia y respeto a la diversidad. Ese modelo incluye una justicia independiente y una economía de competitividad creciente basada en el conocimiento, que se expande preservando el capital natural del país y generando empleos decentes y oportunidades para todos, especialmente los más jóvenes. Evidentemente, un proceso de este tipo solo es viable en libertad, en una democracia plena comprometida con estos objetivos. 

La imagen es cortesía de WikimediaCommons.