El régimen de Nicolás Maduro empujó a Venezuela al top de los países peores evaluados en corrupción (Archivo)

En una escala donde cero es muy corrupto y 100 muy limpio, Venezuela sólo alcanzó 15 puntos. Con esta puntuación se titula como el país de América con el manejo más corrompido de sus recursos y como la quinta nación en el mundo con esta práctica desbordada.

Ese es el resultado del Índice de Percepción de la Corrupción publicado por Transparencia Internacional que clasifica a 180 países por sus niveles percibidos de este flagelo. En este medidor el régimen de Nicolás Maduro empujó a Venezuela a la posición 176, sólo superada por Yemen, Siria, Somalia y Sudán del Sur con puntuaciones de 15, 14, 12 y 12, respectivamente.

Con este desempeño Venezuela perdió por la corrupción “al menos 5.000 millones de dólares en las últimas dos décadas, lo que afecta directamente la salud de los venezolanos”, apunta un informe difundido en Twitter por la organización.

🔵 OUT NOW! We analysed 180 countries to see how they scored in the fight against #corruption. Check out your country’s score now! #CPI2020 https://t.co/kDFcFmHEXT

— Transparency Int’l (@anticorruption) January 28, 2021

Realidad incesante y profunda 

Los números de Venezuela reflejan una realidad sostenida y agudizada. En 2018 ocupó el lugar 168 entre 180 países y el registro en 2019 condujo al país a la casilla 176. Esta caída de ocho puestos muestra «el pobre desempeño anticorrupción de Nicolás Maduro», analiza ABC.

Dicha sentencia coincide con la de Transparencia Internacional. Según la organización, tales cifras son un reflejo de que la corrupción sin control fomenta la crisis del sistema político venezolano.

El entorno de Maduro lo sabe y lo admite. Su ex ministro de energía y petróleo, así también expresidente de Petróleos de Venezuela, Rafael Ramírez —durante una década en el cargo— asegura que el «chavismo ha dilapidado más de 700.000 millones de dólares» informó el medio español citando declaraciones ofrecidas a la agencia alemana DW.

Su testimonio revela el manejo discrecional de Maduro a quien acusa de asignar a sus “amigos” la estatal petrolera, entre ellos militares adeptos al régimen, apunta ABC. No obstante, eso es apenas a punta del iceberg, considerando que Maduro también tiene una acusación por haber recibido supuestos sobornos por parte de la brasileña Odebrecht por más de 35 millones de dólares para el despliegue de su campaña electoral en 2013. Tal caso fue denunciado por la exfiscal Luisa Ortega Díaz ante la Corte Penal Internacional en 2017, destaca la publicación.

Distinta y peor

Lo que ocurre en el país es diferente a otras naciones que comparten un panorama similar, porque “no ha sido cualquier corrupción la que ha asolado a Venezuela, como en el promedio de los países latinoamericanos. La corrupción en Venezuela ha sido un factor nocivo caracterizado por ser un fenómeno sistémico, extendido y normalizado”, divulga en detalle otro informe del capítulo de Transparencia en el país.

En el documento se insiste que la “revolución” emprendida por Hugo Chávez antes de morir y continuada por Maduro se convirtió en una “cleptocracia cruel, organizada para saquear el Estado venezolano en beneficio exclusivo de la cúspide del régimen, con un enriquecimiento a niveles inverosímiles”.

Todo ello ocurre mientras la población padece hambre y privación de sus derechos básicos de subsistencia. Hoy la sociedad venezolana está condenada a la desnutrición, la enfermedad y en muchos casos, la muerte. Sin embargo, en el caso de escapar de este escenario, lo más próximo es migrar en condiciones absolutamente precarias, agrega el estudio.

Como agravante se añade que “hay una red criminal cívico–militar en el poder que deliberadamente ha desmontado la infraestructura productiva del país y ha creado mecanismos corruptos de control de alimentos, gasolina y divisas, para generar un mercado negro en el que se han enriquecido fabulosamente a costa de la vida y salud de la población”.

Un termómetro único

En Venezuela está activo el Corruptómetro, una herramienta a cargo de organizaciones no gubernamentales y medios independientes que mide las irregularidades administrativas desde la llegada del chavismo al poder hasta ahora.

Su base identifica 236 casos de corrupción de los cuales sólo se conoce la cantidad de dineros públicos comprometida en 114 casos, cuyo monto asciende a 52.098.420.753 dólares. La cifra equivale a ocho veces las reservas internacionales de Venezuela, según reportes del BCV en enero de 2020, así como también a dos años de ingresos por exportaciones de petróleo, que serían 45.810 millones de dólares correspondientes a 2018 y 2019.

Con los recursos desviados se habrían construido 593 hospitales especializados o 194.000 escuelas de educación básica o también edificado 21 represas hidroeléctricas como la de Caruachi, en Ciudad Guayana, que aporta 12 % de la energía eléctrica del país. Nada pasó.

Una sombra mundial

El Índice de Percepción de la Corrupción este año presenta un “panorama sombrío” del estado de la corrupción en todo el mundo.

Según el balance, aunque la mayoría de los países han logrado poco o ningún progreso en la lucha contra la corrupción en casi una década, más de dos tercios de las naciones obtienen puntuaciones por debajo de 50.

La región con la puntuación más alta es Europa Occidental y la Unión Europea, con una puntuación media de 66. Las regiones con la puntuación más baja son África Subsahariana (32), Europa Oriental y Asia Central (36).

 En el caso de América, la debilidad de las instituciones es un factor común que arroja el índice este año que a raíz del coronavirus profundiza las desigualdades sociales y económicas con un impacto desproporcionado en poblaciones vulnerables, incluidas mujeres, niñas, grupos indígenas, ancianos, migrantes y afroamericanos.

Un desafío que enfrenta la región es garantizar que los fondos y programas para combatir la pandemia no se “pierdan debido a la corrupción” de lo contrario aumentaría el descontento social, se avivaría el “populismo dañino y crearía una pobreza y una desigualdad aún mayores”.

De esa forma, América se convierte en el “escaparate de la corrupción y la mala gestión de los fondos en una de las regiones más afectadas por la crisis COVID-19”.

Sin embargo, Canadá y Uruguay tienen constantemente los mejores resultados, con puntajes de 77 y 71 respectivamente, mientras que Nicaragua, Haití y Venezuela son los peores resultados, con puntajes de 22, 18 y 15 respectivamente.

Argentina, Ecuador y Perú constituyen una sorpresa en el índice con avances “significativos” en la mejoría de la corrupción con puntuaciones de 42, 39 y 38, mientras que Uruguay con 71 y Chile con 67, se quedan con el mejor comportamiento en Suramérica.  Más arriba y liderando aparecen Canadá y Estados Unidos con 77 y 67 puntos, respectivamente.

Fuente: PanAmPost