El resultado alcanzado por las fallas de la oposición y el hábil esfuerzo del régimen ha llevado a desarticular y dividir el grueso de los partidos de oposición.  Ahora se observa desilusión, desesperanza, no se ve salida a la terrible situación del país y  no existe dirección de parte de los partidos políticos. Sin embargo, el 9/11/1.989 cayó el Muro de Berlín y la situación política en Europa Oriental era mucho peor que la que se vive en Venezuela y además la económica y de servicios mucho menos crítica. Peor que desilusión, existía la certeza absoluta que los regímenes eran inamovibles. Ellos tenían el control total de la situación política, los países no estaban somalizados, no existía oposición organizada y nadie esperaba lo que ocurrió. No era obvio, pero la economía se estaba resquebrajando y al comenzar a fallar algunos de los aliados las grietas escondidas se expandieron rápidamente. En Venezuela, la situación económica y social continuará empeorando, el régimen está monopolizando el ámbito político y las inconformidades ahora las tendrá que resolver internamente. Los aliados que lo apoyan también se están viendo obligados a lidiar con los Navalny que irán apareciendo en el mundo. Tumbar el Muro de Berlín era mucho difícil y ocurrió. 

La necesidad de tener partidos políticos

A través del tiempo el régimen logró crear una ilusión de democracia con elecciones frecuentes y la mayoría de los partidos políticos la compraron. Además limitó la capacidad económica de los partidos políticos y de los políticos y con ello se le facilitó el camino para dividirlos. Los partidos políticos, casi sin excepción, se dedicaron a presentarse en elecciones y abandonaron el trabajo de base. La ilusión fue que el régimen se desmoronaba por su pésimo manejo de la economía y había que estar en el lugar apropiado para esperar que les cayera la manzana desde el árbol del poder. Cuándo no era la economía, había los que soñaban con una invasión extranjera, sin que se estuviera haciendo el necesario trabajo de presión local. Nunca, increíblemente nunca, hubo un Plan B. La realidad es que tampoco hubo un Plan A acordado, cada partido andaba por su lado (a veces hasta en más de un lado internamente) y los objetivos y las estrategias eran además contradictorias. 

Se necesita tener partidos políticos y líderes en los cuales la gente pueda creer y por los cuales estén dispuestos a arriesgarse. Se pudo ver a decenas de miles de rusos manifestarse por Alexei Navalny, arriesgándose contra la represión, el frío y sabiendo las pocas posibilidades de lograr cambio inmediato.  Tendrá que ocurrir en Venezuela también 

La negociación en marcha

El esfuerzo estadounidense para lograr un cambio de régimen en Venezuela fue serio desde la perspectiva de las acciones, pero fue sobrevendido. Se amenazaba al régimen de palabra, insinuando acciones mayores que pareciera que nunca pensaron aplicar.  Ahora, las sanciones están perdiendo efecto y se nota como el sancionado petróleo venezolano está encontrando su camino hacia China. En la UE fuerzas importantes están aprovechando la concentración de Estados Unidos en otras prioridades y urgen diálogo en Venezuela para realizar nuevas elecciones y  para producir hechos como el que  se informe que la UE ya no reconoce a Juan Guaidó como Presidente Interino.  Esta posible negociación, con los que nunca han negociado y no se sienten bajo presión, tiene representantes importantes como Capriles cuando asegura que oposición venezolana debe evaluar estrategia y negociar con el chavismo.  

El planteamiento de la Unión Europea es el siguiente: “Los ministros de la UE le piden a la oposición que encuentre terreno común y busque diálogo y negociación. Reiteraron su apoyo a la AN electa en 2015 y dicen que “la única solución a la crisis venezolana es reiniciar negociaciones políticas y establecer un proceso de diálogo y transición.” Expresaron su preocupación por la terrible situación humanitaria en Venezuela, empeorada por el impacto de Covid-19.” Los cancilleres de la UE expresaron con claridad aquello que cada grupo de la oposición ha rechazado aceptar, mientras critica a sus rivales. Pidieron la liberación de prisioneros políticos y alertaron que la UE está dispuesta a sancionar más individuos que socaven la democracia, violen derechos humanos o el estado de derecho.” 

Con respecto a Estados Unidos es importante recalcar que no sorprendería que no se produjeran cambios mayores en su política exterior, entre otras cosas la votación para aprobar los nombramientos de los principales cargos de política internacional de la Administración Biden ha tenido apoyo de ambos partidos en el Senado. 

Elecciones regionales en 2021

El régimen invitó a la UE para las elecciones regionales de este año, después de haber “arrasado” con las elecciones de la AN. El ruido que se escucha es que los Partidos del G4 aceitan su maquinaria en año electoral y se preparan para participar. Se trata de partidos políticos debilitados, faltos de unidad, con dudas sobre los candidatos a presentar, pero con la certeza que los resultados están absolutamente en manos del régimen.  Ahora bien, en caso que se lograra asistencia masiva, se generaría presión sobre el régimen y lo obligaría a reconocer alguna victoria regional.  La siguiente pregunta es que ganada la elección, el régimen le permitirá gobernar a ese líder o le impondrá uno de sus famosos “protectores” y le retendrá las finanzas?  Está situación implicaría el comienzo de una lucha continua, con la espada de Damocles de la represión siempre presente y para lo cual se necesita crear una organización de base y prepararse para una tarea dura y riesgosa.