El regimen venezolano ha organizado las elecciones regionales (o de mayor alcance, sin incluir presidenciales) de fin de año, como parte de una estrategia para lograr el levantamiento de las sanciones. De acuerdo a los interesados en la oposición se han abierto “rendijas” para una eventual transformación, pero la situación del país y de su gente no cambia y los politicos están dedicados totalmente al tema de las elecciones. Las sanciones no son fácilmente removibles y por ello no es factible visualizar mejoras a futuro y se mantiene la falta de interés de los ciudadanos en las elecciones. Sin embargo, la realización de dichas elecciones es una realidad y por ello conviene analizar “Escenarios para las elecciones” y “Presente y futuro de los partidos de oposición”.

Escenarios para las elecciones

El régimen tiene  cerca de un 20% de apoyo y ese número puede subir a 25% en un evento electoral. El régimen tiene redes de contactos en esa población.  Ese grupo no solo tiene mayor disposición a votar, sino que  buena parte puede ser y es movilizable en unas eventuales elecciones. El otro 75 % son «opositores» de diferentes índoles.  Cerca del 35-40%, la mitad de la «oposición»,  se identifican con algún líder de la oposición , el resto son opositores » independientes «. Un aspecto preocupante es que la disposición a votar entre los opositores es de un 30%, y los » muy dispuestos » que representan el número más importante está aún en un 15% . Puede subir, pero no es fácil.  Por lo tanto, el régimen tiene buenas posibilidades de éxito, sin necesidad de activar los mecanismos que le garanticen los resultados.

Realizadas las elecciones previstas  el regimen tendrá la mayoría de puestos a disputar (gobernaciones, alcaldías, etc.) y aparecerán con cargos el grupo de opositores que el régimen haya seleccionado. De estos últimos, seguramente varios muy comprometidos con el regimen debido a mecanismos de presión. Aquellos opositores que llegaran a detentar nuevos cargos tendrán que hacerlo con limitaciones presupuestarias (sin ninguno o controlado por los rusos, lo cual ya está ocurriendo) y probablemente con protectors impuestos. Si el regimen siente que está perdiendo poder siempre podrá activar su esquema communal y con ello eliminar cualquier vestigio de participación opositora. La oposición confirmará su division, pero se concretarán unos claros bloques y con ello podría nacer una nueva oposición. El regimen venderá a los cuatro vientos esos hechos como una muestra más de la normalización. Sin embargo, a menos que haya concesiones importantes, Estados Unidos no levantará las sanciones relevantes y por ello la situación económica no se resolverá. Esas concesiones políticas necesarias requieren aceptación interna por los grupos que componen el regimen y allí existen objetivos, riesgos y exigencias contradictorias.

Siempre existe la posibilidad, aún cuando sea baja, que ocurra algo inesperado y ello podría deberse a:

  • Una avalancha de votantes que rebasen todas las expectativas y que fuercen un cambio
  • El colapso de la coalición que conforma el regimen, donde especialmente situaciones como las que han venido ocurriendo en Apure y  Caracas-Cota 905 son manifestaciones de enfrentamientos violentos entre diferentes actores.
  • La presión económica que obligue a concesiones realmente mayores por parte del régimen o que genere una situación incontrolada en el país.  

Presente y futuro de los partidos de oposición

La desconexión entre los opositores y los partidos politicos ha venido creciendo y las elecciones, bajo las condiciones planteadas, hasta ahora solo atraen el interés de los politicos. Desde la época democrática, los partidos políticos en Venezuela han vivido alrededor de las elecciones, bien sea recogiendo financiamiento previamente o proveyendo cargos y “proyectos” después las elecciones. En los últimos años, la escena política de la oposición la han dominado los partidos del G4 (PJ, VP, AD y UNT) y se han compartido la dirección de la Asamblea Nacional. Siempre fue una coalición que públicamente era de unidad, pero con importantes diferencias internas. Eso implicó que más allá de distribuirse posiciones electorales, nunca hubo un acuerdo de objetivos y estrategias. También se sospechaba que existían líderes que estaban trabajando con “enchufados” y el régimen, y tristemente muchas evidencias de ese tipo han ido apareciendo.  Ello implica que el G4 más allá de sus dificultades para decidir, estaba además penetrado por el régimen.

En este momento, dentro del G4 hay disputas internas en todos los partidos, incluso en los más pequeños como CausaR. El G4 está en proceso de convertirse en un G3, ya que PJ, AD y UNT parecieran estar alineándose con la participación en las elecciones y solo quedaría VP manteniendo su apoyo a Guaidó. Guaidó está una posición imposible de sostener, tratando de jugar a favor y en contra de elecciones.  En todo caso, aparentemente líderes de todos los partidos del G4 estarán dentro de la “fiesta” electoral. Esos partidos politicos se han minimizando y su alcance y cobertura están seriamente disminuídos. Para sorpresa de muchos, menos aquellos que atentamente analizan encuestas, hoy Vente es  el partido con mayor crecimiento y posiblemente el que posee la mayor afiliación activa, cerca de 50 mil militantes a nivel nacional.

Si en las elecciones los participantes de oposición quedaran bien, su posición futura dependería del cambio económico y politico que termine ocurriendo posteriormente. Si la apuesta de las elecciones no es exitosa, todos los partidos que las apoyen sufrirán y adicionalmente sus ofertas serían muy poco diferenciables. Para VP, mucho dependerá de como quede Guaidó y de la posible salida de un número de líderes. En este escenario, los partidos que se oponen a la participación se verán favorecidos, existiendo una buena posibilidad que se conforme un importante bloque de estos opositores.