Un nuevo intento de negociación inicia esta vez en México como sede de los encuentros. Ante el inminente proceso, politólogos consultados analizan cuáles son las “zonas de acuerdo posible”; es decir, las demandas que el gobierno y la oposición estarían dispuestos a ceder.

La agenda que cada delegación pondrá sobre la mesa se mantiene en reserva; sin embargo, las conclusiones de los especialistas se basan en declaraciones de actores políticos clave que revelan parte de las intenciones y propuestas.

¿Presidenciales?

El politólogo y consultor político Pablo Andrés Quintero descarta que el chavismo esté dispuesto a negociar elecciones presidenciales anticipadas. Las alocuciones del diputado Diosdado Cabello ratifican que este es un punto de honor para el gobierno.

“El chavismo no va a negociar su propia salida, busca resultados distintos a la oposición que quiere una transición. El chavismo negocia su gobernabilidad, su lógica y el relato ‘levanten las sanciones y déjenme gobernar’; también quiere reconectar con la comunidad internacional, abrirse a los mercados internacionales en una situación donde hay pandemia, contracción económica, paralización de la industria petrolera y hasta el petróleo se tiene que traer de Irán, no por el bloqueo, ojo, sino por la improductividad de Pdvsa”, expone.

Pero la directora de la firma de consultoría política DataStrategia, Carmen Beatriz Fernández, opina que la opción del referendo revocatorio sí puede estar sobre la mesa: “Un abandono pacífico del poder sería, sin duda, un atenuante para el caso de Maduro ante La Haya”.

La analista se refiere al dictamen que el fiscal de la Corte Penal internacional (CPI), Karim Khan, debe anunciar próximamente sobre si hay motivos razonables para iniciar una investigación formal contra Nicolás Maduro y altos funcionarios de su gobierno por la comisión de crímenes de lesa humanidad.

¿Cuáles son los puntos que lucen más viables?

La liberación de presos políticos, el retorno de los exiliados, el cese de la persecución contra la disidencia y las garantías electorales como la devolución de las tarjetas de los partidos políticos, la habilitación de dirigentes y la observación internacional de instancias como la Unión Europea son temas en los que se pueden construir acuerdos, afirma Quintero.

“El chavismo puede negociar un calendario electoral que contemple elecciones presidenciales a futuro. Pero para este año no lo van a negociar y la oposición, desde un punto de vista estratégico y realista, no puede pedir la cabeza de Maduro en México porque esto trancaría el juego”, expresa el politólogo.

Para Carmen Beatriz Fernández “es claro que en esta negociación el gobierno de Maduro tiene el poder y busca reconocimiento y la liberación o suavización de las sanciones”.

“El levantamiento de las sanciones no es una potestad que tenga la oposición y este es un punto que creo es la clave de este proceso. Quien tiene esta posibilidad es la comunidad internacional y, en ese sentido, la negociación es entre Maduro y la comunidad internacional que le está dando la silla a Juan Guaidó. Esta triangulación es importante para tratar de entender qué es lo que puede pasar en México”, explica.

“La oposición evidentemente lo que quiere es un cambio político y económico. Pero estos cambios implican la democratización de Venezuela y esto no es un episodio sino un proceso que implica un cronograma que lleva aparejada la suavización o liberación de las sanciones. En la medida en que se van cumpliendo las etapas se deben ir suavizando las sanciones”, agrega.

Ambos analistas coinciden en que el chavismo está consciente de que debe dar muestras de buena voluntad creíbles si espera lograr alivios económicos y de otra índole.

“Hay unos sectores del chavismo que están convencidos de la necesidad de la negociación, no porque hayan tenido una epifanía democrática, sino porque saben que Venezuela entró en el sendero de perder – perder donde cada día que pasa sin lograr un acuerdo es peor para el país. Además hay en el horizonte dos amenazas latentes muy claras: las sanciones que pueden ir empeorando sobre todo las individuales a altos cargos y jerarcas y el cronograma que está corriendo en paralelo en La Haya”, sostiene Fernández.

¿Qué hace exitoso un esquema progresivo de levantamiento de sanciones?

“Es más fácil poner sanciones que quitarlas porque cuando se pone una sanción se justifica con argumentos de mucho peso como las violaciones de derechos humanos. Pero desmontarlas se requiere una gran cantidad de acontecimientos previos, que el chavismo de muestras de buena fe, que liberen presos políticos, devuelva tarjetas a los partidos. Las peticiones de Estados Unidos se enfocan más en lo político y lo electoral”, señala Quintero.

¿Por qué México?

Para González la elección del país centroamericano se debe a que es un espacio que puede ser considerado “neutro” por las partes. El presidente Manuel López Obrador no reconoce a Juan Guaidó como presidente interino. “Es un país donde la nomenclatura puede sentirse cómoda, López Obrador puede ser visto como un aliado remoto del gobierno y hay ciertas comodidades logísticas en términos de las posibilidades de viajar. Creo que este proceso debe hacerse alejado de los reflectores”, concluye.

Fuente: Efecto Cocuyo