La estación Nabarima al borde del desastre, es parte de la empresa conjunta Petrosucre, entre PDVSA y la italiana Eni SpA. (Twitter)

El régimen de Nicolás Maduro que constantemente denuncia un bloqueo económico internacional, dejó abandonados 1,3 millones de barriles de crudo; esto, mientras importa gasolina iraní y mantiene las refinerías en «terapia intensiva».

Se trata de una estación petrolera flotante que quedó varada en alta mar y está a punto de hundirse. El asunto es tan grave, que a la distancia puede verse una prolongada inclinación; ahora, tras años de abandono, el régimen decidió rescatar el crudo a través de una peligrosa transferencia.

La noche de este miércoles 21 de octubre, el ministro de Energía de Trinidad y Tobago, Franklyn Khan, advirtió sobre el grave riesgo de un derrame petrolero ahora que el régimen venezolano busca transferir el crudo abandonado.

La estación Nabarima, al borde del desastre, es parte de la empresa conjunta Petrosucre, entre PDVSA y la italiana Eni SpA.

Transferencia riesgosa

PDVSA planea descargar parte del petróleo al buque petrolero Ícaro que tiene programado entregar unos 550 000 barriles de crudo Corocoro en el puerto de Amuay, en el oeste de Venezuela. Según Reuters planea hacer esto mediante la transferencia de unos 10 000 barriles de crudo por día

“El método actual con el que están descargando el barco es un proceso de transferencia tedioso y esto plantea un mayor riesgo de un incidente ambiental”, dijo Khan a CCN TV 6 de Trinidad y Tobago.

Y es que el chavismo convirtió en chatarra toda la infraestructura petrolera de Venezuela, el país con las mayores reservas de crudo en el mundo.

Pdvsa, que fue la segunda gran empresa petrolera del mundo, hoy es un depósito de chatarras donde con el paso de los años y el abandono por parte del régimen de Nicolás Maduro, se van perdiendo bienes que costaron años construir.

Otra inundación

El pasado 20 de agosto se hicieron públicas imágenes de una estación flotante de Pdvsa que del mismo modo se hundió gracias al abandono del régimen. La estación marcada con la sigla EF GP 17 desapareció en las aguas del Lago de Maracaibo en el estado Zulia.

La estatal petrolera habría adquirido esa estación a una empresa llamada Astilleros de Venezuela, la cual se dedicaba a la reparación y fabricación de embarcaciones flotantes. De acuerdo con el primer vicepresidente de la Asamblea Nacional, Juan Pablo Guanipa, a la infraestructura no se le hacía mantenimiento desde hace 14 años.

En 2010, la plataforma de gas Aban Pearl, situada en el Caribe venezolano, se hundió en el mar:

«Con pesar les informo que se hundió la plataforma gasífera Aban Pearl hace pocos momentos. La buena noticia es que los 95 trabajadores están a salvo», dijo el expresidente socialista Hugo Chávez, quien nunca dio explicaciones de qué sucedió con exactitud. Una situación que evidentemente se repite con los años.

Pero como si el hundimiento de chatarra petrolera no fuera suficiente, el régimen de Maduro también es responsable del más reciente derrame petrolero causado en las playas más visitadas de Venezuela.

Situación de la Refinería El Palito

El pasado 23 de julio, la tiranía anunció que había reactivado las operaciones de la Refinería El Palito, ubicada en la región centro-norte del país. Sin embargo, dos semanas después ocurrió un grave derrame petrolero sin que las autoridades responsables emitieran información alguna o invirtieran esfuerzos en solucionarlo.

Eudis Girot, director ejecutivo de la Federación Unitaria de Trabajadores Petroleros de Venezuela, había advertido a la agencia de noticias Reuters que «operar las refinerías de El Palito y de Cardón podía generar una tragedia de altas magnitudes».

Señaló que poner en funcionamiento esas plantas que están destruidas, pone en peligro la integridad física, la vida de los empleados y las comunidades aledañas.

La posible razón del abandono

Pareciera que tras las sanciones internacionales contra el sector petrolero venezolano, el régimen de Nicolás Maduro decidió abandonarlo para abrirle las puertas a la indiscriminada explotación minera ilegal, con la que la tiranía busca paliar la escasez de ingresos luego del abandono a las refinerías.

No se trataría entonces de un bloqueo por parte del Gobierno de Donald Trump sino por el contrario de un abandono a la industria petrolera venezolana que ha sido canibalizada.

Fuente: PanAmPost