El régimen venezolano ya mostraba grietas con los enfrentamientos entre colectivos y GN (vamos a matarnos uno a uno en una bomba de gasolina), colectivos y la policía (Cota 905), el ejército y FARC y dentro de las FARC. Ahora la muerte de Santrich puede crear situaciones inéditas y altamente riesgosas, posiblemente involucrando a Colombia y Venezuela, y es preferible hacer el análisis más profundo en el próximo +58Reports. Mientras tanto, es correcta la descripción que hace Antonio Ledezma cuando escribe “No hay vacunas, ni luz, ni agua, ni hospitales adecuados, pero sí tenemos fecha de elecciones regionales y maquinitas electorales, con capta huellas y cotillón incluido”. Los temas de la semana son “CNE y elecciones”, “El régimen y su “oposición”” y “Quienes conforman la oposición?”.
CNE y elecciones
Para que una participación determinante en las elecciones llegue a ocurrir los políticos necesitan emocionar y motivar a la gente. Lo que sí está claro es que las expectativas se están colocando al mínimo. Basta con ver como ejemplo al Rector Roberto Picón comentando: “Iniciamos ya los contactos para solicitar la veeduría internacional con la debida antelación” y “Estamos haciendo un inventario del estatus de cada partido político y de cada líder inhabilitado, la finalidad es un exhorto a los organismos competentes para que se resuelvan los problemas”. Por cierto, el Presidente del CNE también ha mencionado la “veeduría”. Ello implicaría que no se espera tener observación internacional afectando así la confianza de los potenciales votantes. El otro Rector de la oposición Enrique Márquez plantea que “espera garantizar un proceso medianamente transparente”. Sería interesante entender a qué se refiere y como se define ese nuevo concepto.
Todo esto es preocupante y el padre Ugalde, quién ha estado dentro de los que apoyan la búsqueda de un acuerdo, escribió: “El régimen y el CNE tienen que demostrar cuanto antes que aceptan elecciones locales, regionales, presidenciales libres, justas y transparentes, devolviendo las libertades y partidos secuestrados, desatando las cadenas de los MCS, y soltando a los presos políticos, con observación internacional… Yo aprecio la rendija dada, pero en los otros pasos creeré cuando los vea”.
El régimen y su “oposición”
Uno de los elementos que hace dudar de la posibilidad real de una negociación aceptada y firmada por el régimen es que dentro del sistema existente no se cumplen las órdenes de Maduro. El poder se comparte bajo la amenaza mutua de los diferentes elementos. El conglomerado sólo busca que Maduro tenga «aceptación» internacional para poder invocar la no inherencia en los «asuntos internos» de Venezuela y lograr por cansancio que se levanten sanciones. No pareciera que el régimen esté buscando legitimidad, ya que es difícil pensar que ello sería posible. Desde hace años le ha importado bien poco y no existen razones para que ello haya cambiado. Lo que si lograría el régimen con este acuerdo que se está gestando con la “oposición” es compartir la responsabilidad de culpa. La situación económica continuará empeorando y la presión social sigue incrementándose y no es fácil predecir a que puede llevar. El régimen progresivamente ha logrado expandir la oposición que comparte con ellos, comenzando con la mesita hasta incluir todo el G4 e incluso líderes de VP se están “reuniendo” con personajes del chavismo.
Quienes conforman la oposición?
El Acuerdo de Salvación Nacional planteado por Guaidó completó el cuadro de los partidos del G4 uniéndose oficialmente a los partidos y políticos que a través de los últimos dos años decidieron que la cohabitación con el régimen era la única forma de sobrevivir. Esto incluye a quiénes de buena fe han tomado esta decisión por parecerles la más práctica y aquellos que se han beneficiado económicamente de la misma. Adicionalmente, Guaidó pareciera además estar entregándole el liderazgo a Capriles.
Ahora bien, pensar que esto representa toda la oposición sería un error importante y ello garantiza que no existirá la “unidad” con la cuál muchos quieren seguir escudándose. Un ejemplo claro de esto lo representa la renuncia del Comisionado Simonovis al gobierno de Juan Guaidó. Su carta de despedida es muy respetuosa y no identifica las razones, pero basta con buscar un poco más allá para poder deducirlas. Solo unos días, antes el Comisario Simonovis en una entrevista con María Corina Machado comentó “sobre quienes apoyan al írrito CNE: No son adversarios, son CÓMPLICES” y con respecto a aquellos que pudieran ser electos “serán gobernadores de NADA». También su esposa escribió que “el comisario Simonovis renunció porque era lo correcto. Era lo que su conciencia le indicaba.”
El Comisario es solo uno de los muchos venezolanos que no está de acuerdo con el camino escogido por esos partidos políticos. Desde el fracasado intento anterior de negociación el régimen ha extendido sus tentáculos de represión y solo hace pocos días tomaron El Nacional. Tienen la situación bajo más control que hace dos o tres años y no existe ningún indicio que vayan a aflojar. La actitud de Estados Unidos de probar la “buena fe” del régimen ha cambiado con la nueva administración. Seguramente influyó mucho la actitud de Guaidó y de la AN, cuándo vieron su coalición despedazarse y que además no habían logrado alcanzar ningún tipo de conexión con la gente.