En Venezuela, particularmente entre opositores, se han vivido las elecciones estadounidenses como se fueran una elección local. Parecía que Trump era el candidato de la oposición venezolana y Biden encarnaba a Chávez o Maduro. La realidad es que la escogencia del nuevo Presidente de Estados Unidos es una tema exclusivo de los estadounidenses. La capacidad de participación de los venezolanos en ese aspecto se concreta a través de los compatriotas que se han hecho ciudadanos estadounidenses. Ese es un número pequeño, pero indudablemente tuvo influencia en los resultados en el importante estado de Florida.  Impresionante el nivel de emociones al que ha arrastrado a Venezuela esta era chavista. Mientras tanto, la vida (y muerte) continua en Venezuela: escasez de gasolina, los alimentos fuera del alcance de la mayoría del país, bandas manejando el país y propaganda electoral en los medios. Curiosamente la principal parte de dicha propaganda en la radio la hacen “opositores”.

Elecciones en USA – impacto internacional

Los indicios apuntan a la victoria de Biden, por ello parece importante analizar la dirección potencial de una presidencia de Biden. Incluso la mayoría de los medios estadounidenses pro-Trump dan por cierta su derrota, a pesar de los esfuerzos para probar un fraude. Trump se ha caracterizado por ir en contra de las tradiciones, sean buenas o malas, y trata de mantener el foco de atención por más tiempo.  El hecho más resaltante producto de las elecciones es que Estados Unidos es un país profundamente dividido, tanto o más que hace cuatro años. Esto es preocupante, ya que se trata del país más poderoso en un mundo convulso. Curiosamente, la política exterior no fue un elemento determinante en las elecciones estadounidenses, sin embargo el interés y preocupación en el exterior ha sido la mayor en la historia moderna.

Trump levanta muchas pasiones, y su manera de actuar puede causar un enorme desagrado y rechazo, pero es necesario identificar y reconocer cambios positivos provocados a nivel internacional. El espíritu disruptivo de la Administración Trump hizo que salieran al tapete con mayor fuerza situaciones injustas con las que el mundo ha estado conviviendo y solo por mencionar algunas: el abuso de China en sus relaciones comerciales con otros países y el aprovechamiento de facilidades como supuesto país subdesarrollado, la poca contribución de los países europeos al esfuerzo militar, la no revisión de importantes tratados internacionales en muchos años, los países seleccionados para el manejo de derechos humanos en la ONU, un acuerdo con Irán que no incluye un freno a la expansión terrorista iraní en el medio-oriente y el resto del mundo.

Hay nuevas realidades y percepciones en el ámbito internacional. Trump ha sido determinante para ello en un esfuerzo individual y aislado de Estados Unidos y frecuentemente lo ha hecho despreciando e incluso humillando a los aliados naturales de Estados Unidos.  Esto presenta una gran oportunidad de Biden, por cuanto será más fácil alinear a los aliados en esfuerzos conjuntos para enfrentar las nuevas realidades y después de su “experiencia Trump” estos estarán más preparados a colaborar. Es difícil, sino imposible, regresar a las posiciones de la era Obama.

En el comienzo la concentración principal de la Administración Biden será en la Pandemia, la Economía y en el Cambio climático. Las posiciones en lo internacional que se conocen de Biden incluyen:

  • Recientemente nombró a Rusia como la amenaza más grande para la seguridad y los aliados de Estados Unidos.
  • No tiene ilusiones sobre la naturaleza del régimen chino ni de su líder, el Presidente Xi Jinping, con quién se encontró en numerosas ocasiones como Vice-Presidente y a quién llamó “rufián” en los debates de las primarias.
  • Instará a los aliados europeos a compartir una mayor carga correspondiente a su defensa, sin el estilo de “bully” de Trump. Podría explotar el shock de los últimos cuatro años para animar a los europeos a redoblar sus esfuerzos, en formas que eran impensables en el pasado.

Elecciones en USA – impacto para Venezuela

La Administración Trump ha ejercido enorme presión para lograr un cambio de régimen en Venezuela, lo ha debilitado pero no ha habido éxito hasta la fecha. Para Estados Unidos la presencia de un país en América asociado al narcoterrorismo y al desequilibrio de otras naciones en la región es un problema de estado. Eso no cambia con una nueva administración, pero también es un hecho es que el proceso de transición y comienzo de ejecución de la nueva administración tomará varios meses. Durante este período, Venezuela no será la principal prioridad y seguramente se mantendrás la situación y condiciones existentes. Para el régimen venezolano lo relevante es el levantamiento de sanciones y eso difícilmente ocurrirá sin una contraparte que signifique concesiones importantes de parte del régimen, para las cuales no ha estado dispuesto ni siquiera para complacer a sus aliados europeos.

La supervivencia del apoyo internacional a Guaidó es un tema complicado. Los países democráticos del mundo cuando adoptaron esa estrategia contaban con un cambio de régimen en el corto plazo. En este momento eso no se vislumbra. Cuál camino tomarán está por verse. Independientemente de todo esto la situación para los ciudadanos continuará empeorando. Por ello, le toca a los venezolanos seguir trabajando para generar presión sobre el régimen. La situación es cada vez más insostenible y las protestas sociales continuaran y crecerán. Ellas serán la base para una politización de los mismos. Se desconoce si esto lo liderizaran los políticos actuales, otros políticos o la sociedad civil. Es este hecho el que justificará el apoyo internacional. En la Razón en España escriben Biden mantendrá “el cerco diplomático” a Maduro y en Foreign Policy Will the Next Administration Take a New Track on Venezuela Policy?.