El tema político que más se discute en Venezuela en este momento es el de las elecciones regionales de Noviembre 2021, donde lo más relevante es el enorme esfuerzo del régimen para legitimarse. Las posiciones de la oposición frente a dichas elecciones se podrían resumir en los siguientes agrupamientos: (1) Un conjunto variopinto de partidos y personalidades, que están dispuestos a participar en las elecciones, casi independientemente de las condiciones; (2) El G4, donde Guaidó dice que “A la dictadura venezolana hay que obligarla, presionarla, para forzar un acuerdo” y quienes están midiendo el ambiente político local e internacional para tomar su decisión de participación y (3) los que consideran que estas no son elecciones. Los temas de la semana son “Movimiento en el ámbito internacional”, “La misión de la Unión Europea” y “El diálogo como trampa”.
Movimiento en el ámbito internacional
La OFAC de EEUU emitió una licencia general que autoriza transacciones con el gobierno venezolano relacionadas con la prevención, el diagnóstico o el tratamiento de Covid-19 hasta el 17/6/22. Dicha licencia no autoriza transacciones con PDVSA o sus unidades. Una Conferencia Internacional de Donantes recaudó 954 millones de dólares para refugiados y migrantes venezolanos, lo cual el régimen califica de farsa mediática. También, una delegación de dirigentes de la oposición venezolana, liderada por Gerardo Blyde, se reunirá en Washington con la subsecretaria de Estado norteamericana con la intención de buscar apoyo para el acuerdo de Salvación Nacional. Blyde sobre las negociaciones opinó que “No tenemos garantías de lograr los resultados esperados por la oposición. Confirmó que las sanciones son uno de los temas que se conversarán”. Son relevantes las opiniones de Ramón Muchacho al respecto:
- Una cosa es atender las consecuencias del desastre de Maduro y otra muy distinta -y mucho más compleja- es atender y resolver el problema de fondo, que es Maduro mismo.
- El presidente de Colombia, Iván Duque, cuando advierte que “venezolanos continuarán migrando si no se pone fin al régimen de Maduro.”
- Borrell dice que “restablecer la democracia es la “solución principal” a la crisis venezolana.”
- El mundo sabe que no podemos solos (quien diga que sí podemos solos miente y tiene tiempo trabajando para Maduro). La ayuda que hemos recibido de la comunidad internacional no ha sido suficiente para detener la crisis humanitaria.
La misión de la Unión Europea
El Rector Picón considera una «excelente noticia» el envío de la misión técnica de la UE. Eugenio Martínez, conocedor del tema electoral, explica: “La misión exploratoria (que no es la misión de observación) tendrá el mandato de precisar datos sobre el contexto político, el marco legal de la elección, el sistema electoral, la administración electoral. Adicionalmente valorarán si existe independencia de la autoridad electoral y del sistema judicial y precisarán el respaldo que tienen los rectores para su trabajo. La misión de evaluación también tiene el mandato de presentar informes sobre el registro de votantes y de partidos.”
El diálogo como trampa
Pedro Urruchurtu hace un interesante análisis en su artículo Venezuela: la trampa de otro “diálogo” mortal adonde escribe:
Diálogo
- En Venezuela se habla de diálogo. Una vez más. Por decimoquinta vez en 22 años de régimen.
- En dos décadas después de inútiles procesos de “conversación” entre régimen y oposición, el gran perdedor ha sido el país, mientras el chavismo se ha fortalecido ganando tiempo, que es en realidad lo único que le importa.
- Esta farsa de diálogo no se diferenciará de procesos anteriores. El agravante de que en esta ocasión el régimen hará hasta lo imposible para quitarse lo que tanto costó estos años: su prontuario.
- El régimen clama a su oposición leal a que le hagan un “referéndum revocatorio”, dejando atrás todo vestigio de ilegitimidad cuando el primero de esos “opositores” tenga que decirle “presidente” a quien usurpó el poder.
El régimen
- Está urgido de legitimidad y de reconocimiento, sobre todo, que le quiten de su frente las etiquetas de criminal, ilegítimo, usurpador y genocida.
- Requiere a una oposición dócil, dispuesta a hacerlo bajo la lógica de la participación electoral.
- Lo único que quiere es su supervivencia y su permanencia en el poder.
- Ha fijado sus exigencias públicamente:
- Que se le levanten las sanciones, que se le reconozca su legitimidad y que se le devuelvan los activos de PDVSA de Venezuela y del BCV.
- Que se borre todo lo que ha hecho avanzar una ruta de presión y la caracterización correcta de su naturaleza: criminal, usurpador y corrupto.
- Todo lo que pide el régimen es para quedarse en el poder, no para irse
- Pretende hacer creer que, quitándole las sanciones, ellos darán condiciones. Un juego en el que ganan reconocimiento, legitimidad y se perpetúan en el poder.
- Se vale de sus aliados geopolíticos predilectos: en Apure, en la frontera con Colombia, con la presencia militar rusa, le dan poder y apoyo a la guerrilla colombiana; con Irán, en puertos venezolanos se recibe armamento misilístico iraní como manera de amenazar y con sus secuaces aliados Zapatero, Borrell, el gobierno de Pedro Sánchez y tantos más.
Negociación
- La salida en Venezuela tendrá que culminar en una negociación, pero una de verdad donde quede claro el qué y para qué (la salida del régimen), el quiénes (actores y garantes confiables) y el cómo (a través de una serie de condiciones previas que deben cumplirse y que deben forzarse con presión de verdad y asumiendo que se busca derrotar a unos criminales y no a políticos convencionales.
- Como decía Winston Churchill, “el que se arrodilla para conseguir la paz, se queda con la humillación y con la guerra”.
Por su lado, Analítica en su editorial Por qué nadie cede espacios indica:
- Todo el que tiene una cuota mayor o menor de poder se aferra a ella.
- El país se disuelve en un caos generalizado, en el que el poder es cada día más una ficción, que ni manda, ni controla nada, y es reemplazado por organizaciones delictivas que imponen su ley en los barrios, en las fronteras, en la provincia y en cualquier lugar donde haya cómo lucrarse bien a través del narcotráfico, el control de la minería o por las vacunas que imponen.
- El régimen no está dispuesto a ceder ni un ápice de lo que le queda de poder.
- Algunos opositores insisten en la necesidad de conservar espacios, no se sabe cuáles, ni para qué, salvo para mantener un puñado de militantes o afectos a su etiqueta política, legítima o no .